Con asombro, Andrés Muñoz, detalló que tras el movimiento de tierra de la retroexcavadora, un destello de luz, inexplicablemente, salió desde el fondo de la excavación. “La emoción no deja de estar, así las experiencias sean muchas. Fue un gran alivio poderla rescatar, conservarla y que ningún tipo de daño hubiera sufrido”, expresa emocionado Andrés Muñoz, estudiante de Arqueología.Eran tres recipientes de barro, cubiertos por una piedra maciza. Según los expertos: un entierro indígena que podría datar desde tiempos antes de Cristo. “La tumba se localiza aproximadamente en unos dos mil años de antigüedad y pertenecería a los grupos humanos que la arqueología ha denominado como Marrón Enciso, ya que no es posible determinar estas comunidades, ya que pertenecen a una época en las cuales no hay registro histórico”, expresa Juan Pablo Díaz, antropólogo y arqueólogo.El casual hallazgo tuvo lugar en un lote, en Itagüí, donde actualmente se construye un parque familiar. La zona del entierro hará parte de las atracciones. “Este patrimonio que encontramos lo vamos a dejar acá, a preservar, a colocar las urnas funerarias en una urna de cristal para que la gente pueda visualizar”, indicó José Fernando Escobar, secretario de Infraestructura de Itagüí.Las piezas encontradas serán sometidas a los conocidos análisis con carbono 14, para determinar con exactitud su antigüedad.